México ocupa el onceavo lugar a nivel mundial en densidad de carga ferroviaria transportada. Por lo que el ferrocarril es un actor estratégico para el transporte de insumos y mercancías, así como un importante motor de la economía nacional y de América del Norte.
De acuerdo a la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF), el tren transporta productos e insumos las 24 horas, los 365 días del año. Estos van desde granos como maíz o soya, aparatos electrodomésticos, juguetes, automóviles, metales, entre otros muchos productos, necesarios para las industrias y fábricas de los 28 estados en donde tiene presencia.
En México, existen alrededor de 10,000 cruces en los que las vías ferroviarias convergen por algún camino, calle o carretera. De ellos, el 30% son cruces irregulares debido en gran medida a un crecimiento desordenado de algunas ciudades o poblaciones, lo que representa un riesgo latente para las personas que no tiene precaución al cruzar y que están muy familiarizados con el ferrocarril.
El trazo de las vías férreas en México data de principios del siglo XIX y hoy esas vías conforman una red de 23,389 kilómetros, que han sido renovadas para incrementar su capacidad de carga y hacerlas más seguras. No obstante, en la mayoría de los casos, el crecimiento poblacional ha invadido el espacio destinado al tránsito y operación segura del tren y ha generado nuevas y mayores necesidades de cruzar las vías o los patios ferroviarios.
La ley asigna la tarea de dar mantenimiento a los cruces a las autoridades encargadas de cada nueva vialidad que atraviesa la vía, es decir la federación, el estado o el municipio.
Créditos: Elenne Castro / Mexico Industry